Foto pepenoticias
En estos días de Coronavirus, ha surgido lo mejor y lo peor de nuestra sociedad. Hoy superaremos en Chile, los 50 mil contagiados, y ayer ya conocimos que más de medio millar de personas perdieron la vida dejando un manto de dolor a sus familias a quienes hago llegar mis sentidas condolencias. Añoro, como en esta foto del estallido social que prontamente volvamos a reunirnos y caminar juntos como un solo pueblo de hermanos.
Esta pandemia, que sabemos como comenzó y que no tenemos idea como terminara, nos ha obligado a adoptar medidas extremas que jamas nunca nos imaginamos como es el uso de mascarillas, lavado de manos con jabón y con alcohol gel, sanitización de calles, edificios públicos, monumentos y en el ultimo tiempo de las escuelas.
Esta semana, a raíz del colapso en Santiago, hemos escuchado la palabra "Hambre" con más fuerza que nunca, algo que en Magallanes y la Antártica Chilena, comenzamos a tratar de evitar gracias a la colaboración desinteresada de cientos de personas, que se unieron para poder compartir su pan diario o algún alimento, con los que hoy están sufriendo, por culpa de la cesantia, que golpeo fuerte las puertas de muchas familias. A todos ustedes muchas gracias.
Hoy es tiempo que la burocracia no siga demorando la ayuda social, que el Estado debe proporcionar. Critico a un sistema perverso que te exige contar con ficha de registro social de hogares, para optar a un fondo económico o una simple canasta familiar, como si el virus, eligiera donde atacar según tu estrato social.
Serán 35 mil canastas las que se repartirán a partir de los próximos días, ojala llegue a las familias de más escasos recursos. Todos sabemos que esto es algo que servirá a una familia poder "sobrevivir" un par de días; conozco el esfuerzo que se esta realizando para apresurar la ayuda, pero reitero no es posible que la burocracia o una ficha paralice una colaboración que es Urgente para nuestros vecinos y vecinas. Entre todos podemos vencer esta pandemia y ojala entre todos sigamos ayudando con amor y esperanza a quienes hoy sufren.
Pepe Marihueico L.